jueves, 10 de julio de 2014

HACE 19 AÑOS






"Quiero ayudarles. Pero quiero absoluta cooperación de la población civil, porque su ejército ha sido derrotado. Su gente no tiene por qué morir, ni sus esposos, hermanos ni vecinos. Sólo decídan qué quieren hacer; como les dije anoche, podrán sobrevivir o desaparecerán" (...) Alá no puede ayudarles... pero Mladić, sí.” (julio de 1995)

Yo tenía 36 y había sido padre dos antes. Nunca me explicaré cómo llegue allí. Tal vez mi fracaso como persona, tal vez la ilusión de no morir en vano. El penúltimo triunfo del ego (el último es querer morir con dignidad).

Y allí conocí, amor mío, de tu guiño la sombra y la duda del alba.
Los gallos callados por el azufre del aire.
Las lágrimas de hombres impotentes y cobardes.
Los gritos de las madres en la madrugada.

Después ya nada fue igual: quince años después viví en India y ni me inmuté.

Allí también había madres y no gritaron.
Y hombres que no lloraban.
Y gallos sin aire sin cabeza.
Y tu sombra, amor mío, en la duda del guiño del alba.

Sigo soñando, pero
Sigo viviendo, pero
Llevo a Pessoa en un bolsillo
Y a Pavese en el otro