sábado, 18 de agosto de 2012

LUNA NUEVA EN LEO


El silencio
me ha sobrecogido
esta mañana,
y tus palabras fueron así
duras y frías como el acero.
No importa,
pero no puedo templar ese acero,
como no pude con el de Botha.
El viento es mucho y cálido,
pero tú duermes
mientras yo sueño,
y no puedo revenir ese acero,
como no pude con el de Banja Luka. 
Tampoco están los gatos,
ladrones de alegrías,
soñadores de días,
y no puedo recocer ese acero,
como no puedo contarte
dónde voy en las noches sin luna.
Pero si tú no lo preguntas
el arco reenciende y se ceba.
Cuando la mujer llora,
o grita,
o duerme,
la pregunta nunca es: ¿por qué?
No sé, mi Amor,
cual es la pregunta,
pero tengo, tenemos,
la respuesta.