martes, 21 de febrero de 2012

2012, MENGUANTE EN EL ESCORPIÓN





Por la tarde volvió a nevar en Sarrión.
Rápido y fácil,
como un atraco al alma.
Y se hizo de noche
y nos miramos,
despacito.
Mañana la nieve será un olvido.
Pero tú estarás ahí.

Nuestra mañana empezó helada.
Cortante y frágil,
como acero templado.
Y llegó el mediodía
y te lo dije,
lo que querías oír.
Mañana las palabras serán nubes.
Pero tú estarás ahí.

Por la noche resurgieron los soles muertos.
Azul sin humo,
como fuego que no quema.
Y llegó la mañana,
sobrevivimos.
Todas las mañanas del mundo
son la misma mañana.
Todos los viajes en la vida
son sin retorno.
Pero tú estarás ahí.

Cuando te vas el día se queda callado.
Fluye y se marcha tras de ti,
porque ya no es.
Sin tambores ni trompetas,
porque ya no es.
La tierra exhala un aroma
que enverdece el alma.
Cuando te vas.

Un día estiraré mi brazo
para acariciar el primer árbol,
así de simple,
así de natural.
Mis ojos buscarán.
Y tú estarás ahí.