jueves, 3 de marzo de 2011

ODISEA



Estoy solo. Cuantas espadas forjé: óyeme.
En la mar sin tu barco pero tus labios.
Los límites y la no-certeza.
Este tierno trigo no es cabello,
esta mirada azul no me conmueve.
Sol que eres, sol, mi grito es tuyo.
Sol que no dejas luna ni senos
Sol que no dejas sombra, ni anhelos
vela que no dejas brisa, a mi vera
tienes lo que no será, será lo que
no tengo
llevar tu sonrisa hasta mi esquife
robar al tiempo un soplo del levante
saber que el viento es ya propicio
y ya seas clepsidra, calipso
o el movimiento, que tu esperanza
sea, una vez más, el faro de mi vida.
Cuantas sonrisas forjé, mas no
la que te levantó, mujer en Troya.